El grupo compuesto por Sara, Caro, Felipe y Armide, después de una ardua (y entretenida) discusión, ya ha llegado hasta la función número 11 (y prometen continuar):
- Alejamiento: La niña ruin vivía en un valle del que sólo se podía salir en helicóptero.
- Prohibición: La niña ruin no podía salir del valle por ese medio, ya que no le quedaban puntos en su carnet para conducir helicópteros.
- Transgresión: La niña decide subirse en el helicóptero para salir del valle.
- Interrogatorio: Choricete va al mercado y pregunta a la abuela sobre la procedencia de los membrillos que está vendiendo.
- Información: La abuela responde que los ha sembrado en su finca del valle.
- Engaño: Choricete propone a la abuela asociarse con ella, ofreciéndole una receta fabulosa, que dice conocer, para hacer dulce de membrillo.
- Complicidad: La abuela acepta la propuesta y lo invita a su casa.
- Fechoría: Choricete roba todos los membrillos a la abuela.
- Mediación: La abuela llama a su nieta (la niña ruin) y la pone al tanto del robo.
- Principio de la acción contraria: La niña ruin, que casualmente sobrevolaba en helicóptero el pueblo, decide ayudarla y vuelve a su casa.
- Partida: La niña ruin entra en la casa de la abuela y, al no encontrarla allí, sale en busca de Choricete.
Cristina, Yanira, Natalia, Federico, Jeremías y David también han llegado a la función 11:
El tesoro de la
Flor Negra
Érase
una vez un hada llamada Clara. Era muy amiga de todas las flores del
bosque excepto de una flor a la que llamaban La
flor negra. Detrás de esta flor se
escondía una gran historia oscura, pues decían que guardaba un
tesoro maldito, pero la curiosidad del hada blanca era muy fuerte y,
a pesar de que su madre le había prohibido acercarse a ella, el hada
hizo caso omiso a sus palabras. (PROHIBICIÓN)
Un
día, Clara aprovechó la oscuridad para acercarse de forma discreta
a la flor negra y averiguar si esa historia era cierta, pues se
rumoreaba que ese tesoro podía salvar a su madre enferma. Clara no
entendía cómo unas monedas podían ayudar a curar a su madre, pero
el hada no sabía que el tesoro consistía en otra cosa mágica e
inimaginable. (TRANSGRESIÓN)
Al
rato de estar hablando con la flor negra, ésta le comenzó a
preguntar cosas:
-¿Y
tú con quién vives?
-Con
mi madre -dijo Clara.
-¿Y
dónde vives?
-En
el tercer árbol a la derecha, en la rama más vieja que puedes ver.
De
pronto, el hada se entristeció al recordar que su madre estaba sola
y mala en casa y le terminó contando a la flor que su madre le
había prohibido venir a verla y que tenía que irse. Entonces a la
flor se le ocurrió una gran idea y le dijo:
-Dale
este pétalo de mi parte, para que vea que tengo buenas intenciones
y, además, le aliviará de sus dolores.
(INTERROGATORIO,
INFORMACIÓN, ENGAÑO Y COMPLICIDAD)
Cuando
terminaron de hablar, el hada blanca quedó muy sorprendida, pues la
flor negra le había explicado el gran poder de ese gran tesoro. Eran
ciertos los rumores de que podía ayudar a su madre y, además, la
flor negra le prometió seguir ayudándola. Clara llegó a casa y, a
pesar de que intentó entrar sin despertar a su madre, ésta se
desveló y, nada más ver a su hija, le preguntó:
-¿Dónde
estabas? Me tenías muy preocupada.
Clara
le explicó que había estado hablando con la flor negra y que no era
tan mala como le había dicho, pues parecía dispuesta a ayudarlas
con su problema. La madre, desesperada, le pidió por favor que
hiciera caso omiso a todo aquello que la flor le había dicho pues no
podía uno fiarse de sus palabras. Pero entonces Clara sacó el
pétalo que la flor le había dado y le dijo que eso aliviaría su
dolor. Su madre vio la cara de su hija y aceptó el pétalo, a pesar
de no estar de acuerdo.
A
medida que pasaban los días, el pétalo se iba marchitando y la
madre se sentía mejor, pero cuál fue la sorpresa de Clara al
comprobar que, al marchitarse del todo el pétalo, la madre entró en
un profundo sueño del que nada la despertaba. (FECHORÍA, A11)